INVITA SECRETARÍA DE CULTURA A CONOCER LA HISTORIA DE LAS TORRES BICENTENARIO: PUERTA DE LA CAPITAL MEXIQUENSE
• Alberga, debajo de este monumento, el recién remodelado Museo Galería Arte Mexiquense Torres Bicentenario.
• Recuerdan que en 2010 se publicó el libro de la Colección Mayor del Fondo Editorial del Edoméx, que habla sobre la construcción de las Torres.
Muchos son los lugares emblemáticos que dan identidad a la capital mexiquense, algunos de ellos son el Cosmovitral Jardín Botánico, el cual cuenta con fama mundial y es visitado por miles de personas, otro es el que da la bienvenida a la ciudad de Toluca, las monumentales Torres Bicentenario.
El proyecto de estas Torres fue elegido entre más de 130 propuestas que se recibieron en el año 2010, como parte de una convocatoria que lanzó el Gobierno del Estado de México para conmemorar el Bicentenario de la lucha independentista.
“Hace muchos años, las y los mexiquenses hablaban de la Puerta Tollotzin y ya acercándonos al 2010, se lanzó una convocatoria para elegir el diseño de un monumento que rememorara el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución”, comentó Thelma Morales García, Jefa de Museos de la Secretaría de Cultura del Estado de México.
Así, el jurado seleccionó el proyecto diseñado por Guillermo Maya, diseñador gráfico de profesión, egresado de la Universidad Iberoamericana, quien presentó dos torres modernas entrelazadas, cada una de 65 metros de altura, cubiertas de acero inoxidable, para mostrar un diseño arquitectónico contemporáneo, cuyos 200 módulos significan precisamente, la conmemoración de los 200 años del inicio de la Independencia.
“En este proceso de la construcción hubo mucha gente participando, lo que nos dicen quienes estuvieron a cargo de esta obra fue que tardaron aproximadamente nueve meses, de noviembre de 2009 a finales de agosto de 2010 y se inauguró la noche del 15 de septiembre”, señaló Thelma Morales.
“Fue un trabajo muy complicado por el tema de organizar, precisamente, la estructura, la laminación, la construcción, los acabados, los detalles, el estacionamiento, y tenían que buscar un espacio en el que trabajaron porque hay que recordar que, en esa parte de la ciudad, existen los mantos freáticos y el problema del terreno, y tuvieron que encontrar por dónde sacar el agua de las lluvias”, apuntó.
El trazo de Las Torres sugiere a quien las observa detenidamente una sensación de movimiento constante y permanente, además, su belleza radica también en que, por sí mismas brillan y se iluminan con la luz del sol y de la luna, lo que permite admirar diversos tonos cromáticos. En ocasiones especiales se tiñe de luces de color como los de la bandera o el naranja, en contra de violencia hacia la mujer, entre otros.
En la parte inferior cuenta con un cilindro de granito bañado permanentemente con agua, símbolo de la transparencia.
“Quienes vivimos en la ciudad, vimos cómo iban construyendo poco a poco y torciendo, por así decirlo, su estructura metálica que parecía un esqueleto, es más, uno decía ¿qué va a ser?, parecía que estábamos viendo la Torre Eiffel, así se veía.
“Hoy lo vemos tan bello, tan moderno y con estos colores que se muestran en las noches, se ha vuelto un símbolo para quienes nos sentimos súper contentos de verlos”, manifestó Morales García.
En el 2010 vio la luz un libro de la colección mayor del Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal (CEAPE) en el que habla sobre la construcción de estas Torres y retoma datos como quienes fueron el jefe de obra, los arquitectos, los constructores, incluye una entrevista hecha a Guillermo Maya, da medidas exactas de las mismas, la forma en que mantuvieron en óptimas condiciones estas láminas de acero galvanizado de alta resistencia, de 50 mil libras, cuyo peso total es de aproximadamente 400 toneladas, entre otros datos.