Juego de Palabras El Verdadero Éxito
Por Marco Antonio Aguilar
Siempre pensamos que entre más logros profesionales, deportivos, de negocios y económicos consigamos, tendremos mayor estabilidad emocional. Y así se nos va la vida, creyendo que entre más logremos, mejor estaremos.
En este tablero de ambiciones, no falta quien haga hasta lo imposible, moviendo fichas lícitas o ilícitas, para conseguir dinero, poder y fama. Nuestros políticos están más ocupados en conseguir y mantener estas tres cosas, como si fueran piezas de un rompecabezas que nunca logran completar. Así se pasa un sexenio, un trienio, y otro, y otro, y otro.
Si los políticos y servidores públicos entendieran que hay cosas más importantes que estos “logros”, tendrían mayor sensibilidad y procurarían el bien común. Harían las cosas con más pasión y tendrían ese amor por los ciudadanos que haría más llevadero su día a día. No tengo duda de que, con un cambio de mentalidad, nuestras calles estarían en mejor estado, tendríamos agua de calidad todos los días, las calles estarían iluminadas y habría más seguridad.
Desde este espacio, les lanzo un desafío: piensen más en el pueblo y menos en ustedes mismos. Los invito a calzar los zapatos del ciudadano común, a caminar sus calles, sentir sus angustias y anhelos. Recuerden que los cargos tienen fecha de caducidad, pero la forma en que trabajen por el bien común perdurará, como una huella indeleble en la historia.
Además, tratar bien y con respeto a sus subordinados o empleados no es solo una cuestión de cortesía, sino de eficacia. Un equipo motivado y valorado trabaja con mayor dedicación, creatividad y eficiencia. Los líderes que practican la empatía y el respeto logran construir ambientes laborales saludables, donde cada integrante siente que su esfuerzo es reconocido y valorado. Esto no solo mejora la calidad del trabajo, sino que también fortalece la cohesión social y la confianza en las instituciones.
Políticos y servidores públicos, ¿cómo quieren ser recordados? ¿Como aquellos que solo movieron piezas para su beneficio, o como los que cambiaron las reglas del juego y ganaron el verdadero premio: el bienestar de todos? La decisión está en sus manos.