SEDAGRO DEBE IMPULSAR LA AGRICULTURA SOSTENIBLE CON ROTACIÓN DE CULTIVOS
A propuesta del Grupo Parlamentario del PVEM, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) deberá fomenta la rotación y asociación de cultivos para conservar el suelo y garantizar la sostenibilidad del campo mexiquense, una vez que fue publicado el decreto número 72 del Poder Ejecutivo en el Periódico Oficial Gaceta de Gobierno, el pasado 2 de agosto.
La reforma a diversos artículos del Código Administrativo, propuesta por los diputados José Alberto Couttolenc Buentello y María LuisMendoza Mondragón, y aprobada de manera unánime el 23 de julio por la 60 Legislatura estatal, tiene el propósito de que Sedagro promueva la producción agroecológica y desarrolle programas de capacitación, investigación e inversión para implementar la rotación y asociación de cultivos y los cultivos múltiples.
Con lo anterior se propiciará el equilibrio entre la responsabilidad ecológica, la viabilidad económica y la justicia social en la producción agropecuaria, para tratar de instaurar un modelo de agricultura sostenible, inclusiva y eficaz en el uso de los recursos, como respuesta a formas de producción actuales, entre ellas el monocultivo.
La reforma replanteará el sistema intensivo de producción de alimentos y fomentará técnicas agroecológicas que permitan a los productores más de una cosecha en un ciclo, más beneficios económicos y rendimientos, además del rescate de la agricultura tradicional para conservar y respetar los ciclos agroecológicos y reducir el uso de agroquímicos.
La diputada María Luisa Mendoza Mondragón presentó la iniciativa el 21 de marzo de este año, la cual fue enriquecida con la participación de los diferentes grupos parlamentarios a través de las reuniones de comisiones unidas de Desarrollo Agropecuario y Forestal y de Protección Ambiental y Cambio Climático.
En las reuniones de trabajo, la legisladora, puntualizó que las formas de producción como el monocultivo provocan erosión y destrucción de suelos, contaminación y despilfarro energético, además de que contribuyen al cambio climático, atentan contra la soberanía alimentaria y propician empobrecimiento de las comunidades rurales y el abandono del campo.