Llaman a honrar legado de Sor Juana con una sociedad igualitaria
• La Legislatura conmemoró el 369 Aniversario del natalicio de la Décima Musa con un recital de poesía.
• También conmemoraron el Día Nacional del Libro.
La LX Legislatura mexiquense conmemoró el 369 aniversario del natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz y el Día Nacional del Libro con un recital de poesía organizado por la diputada morenista Xóchitl Flores Jiménez, quien llamó a la población a seguir el ejemplo de la Décima Musa en su lucha por los derechos de las mujeres y la igualdad de género en aras de una sociedad equitativa y no discriminatoria.
Con la presencia de las diputadas María Elizabeth Millán García y Juliana Felipa Arias Calderón, representantes del ámbito cultural de la capital mexiquense, público en general y servidores públicos, la presidenta de la Comisión Editorial y Biblioteca también llamó a honrar el legado de Sor Juana leyendo su obra y conociendo en detalle su vida.
Durante el recital participaron la actriz toluqueña Sandra Tourlay, quien leyó numerosos versos de la poetisa, y Rosa Velázquez, quien la personificó como religiosa. Ulianov Marín las acompañó con la música.
Por el Día del Libro se exhibieron obras literarias de los siglos XVIII y XIX, del Fondo Reservado de la Biblioteca Legislativa Dr. José María Luis Mora, que cuenta con más de 600 títulos únicos y ejemplares también únicos de las constituciones de la entidad.
Cabe señalar que en sesión plenaria, Xóchitl Flores también expuso un pronunciamiento en el cual recordó que Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, quien nació en San Miguel de Nepantla en el año 1651, dejó ver la chispa de su genio a muy corta edad, aprendiendo a leer a los tres años con solo poner atención a la enseñanza que daban a sus hermanos.
Sus mayores inquietudes y preocupaciones por la situación de la mujer fueron plasmadas en obras como La Carta Atenagórica y La respuesta a Sor Filotea de la Cruz, que expresan la tentativa de tener igualdad de oportunidades educativas con los varones y comprobar que la superioridad espiritual no tiene sexo.