Iluminación deficiente, el oscuro problema de nuestros municipios
Por Marco Antonio Aguilar
La iluminación urbana y en comunidades es un tema crucial que afecta la seguridad, la economía y la calidad de vida en nuestros municipios. Sin embargo, parece ser un aspecto frecuentemente descuidado en todo el Estado de México.
Las calles mal iluminadas no solo generan un entorno propicio para la delincuencia, sino que también afectan el bienestar de los ciudadanos. Un estudio reciente del Instituto de Geografía de la UNAM revela que la adecuada iluminación puede reducir hasta en un 30% la incidencia de delitos en áreas urbanas. No es una cuestión menor cuando hablamos de la seguridad de nuestras familias.
Además, la falta de iluminación adecuada tiene un impacto directo en la economía local. Comerciantes y empresarios ven reducida la afluencia de clientes en horarios nocturnos debido a la inseguridad y la incomodidad de transitar por calles oscuras. Esto se traduce en pérdidas económicas significativas para pequeños negocios que dependen del flujo constante de personas.
Los ciudadanos también sufren las consecuencias en su vida cotidiana. Las actividades recreativas y sociales se ven limitadas por la falta de iluminación. Los parques y espacios públicos quedan relegados a la oscuridad, privando a la comunidad de lugares seguros para convivir y relajarse.
A nivel técnico, la implementación de sistemas de iluminación LED ha demostrado ser una solución efectiva y económica. Estas luces no solo consumen menos energía, sino que también tienen una mayor durabilidad. Diversas ciudades alrededor del mundo han adoptado esta tecnología con resultados positivos, reduciendo sus costos energéticos y mejorando la calidad de vida de sus habitantes.
La inversión en iluminación urbana no debería ser vista como un gasto, sino como una inversión a largo plazo. Un sistema de alumbrado eficiente puede significar la diferencia entre una ciudad segura y una donde los ciudadanos viven con miedo y restricciones.
Es fundamental que los gobiernos locales prioricen la mejora de la infraestructura lumínica. La transparencia en la gestión de recursos y una planificación adecuada pueden transformar nuestras calles en espacios seguros y vibrantes, beneficiando a todos los sectores de la sociedad.
La deficiente iluminación urbana es uno de los factores que contribuyen a la baja calificación de los presidentes municipales. Según la última encuesta de MITOFSKY realizada para El Economista, el presidente municipal de Toluca, Juan Maccise, tiene un porcentaje de desaprobación de casi el 63%. En Metepec, el alcalde Fernando Flores enfrenta una desaprobación del 48.1%. Estos datos reflejan la insatisfacción de los ciudadanos con la gestión municipal, en gran parte debido a la falta de mejoras en servicios básicos como la iluminación pública.
En conclusión, mejorar la iluminación urbana es una tarea urgente que requiere la atención y el compromiso de nuestras autoridades. Los beneficios son claros y tangibles: mayor seguridad, dinamismo económico y una mejor calidad de vida para todos. Exijamos calles bien iluminadas para un futuro más brillante y seguro.